La pasión a menudo convierte en locos a los más sensatos seres humanos, y a menudo también hace sensatos a los más locos.
La fe, como el amor, es siempre una relación interpersonal. Y su formulación suprema se configura entre mi yo y el tú. Yo creo en ti, es la traducción de la realidad interior. No se trata, dice Von Baltasar, de creer en dogmas si de temas religiosos se trata, ni de una adhesión a las cualidades de algo o alguien. La fe es la expresión suprema de la interpersonalidad de la vida. El yo creo en ti está por encima y al margen de todo aquello que no sea el tú del otro.
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